Reseña bibliográfica
Garaño Santiago y Concha Bocanegra Ana (Eds.) (2022). Operativo Independencia: geografías, actores y tramas. San Miguel de Tucumán: EDUNT, [466 páginas]
A cincuenta años del Operativo Independencia (OI), el trabajo editado por Santiago Garaño y Ana Concha Bocanegra propone una perspectiva clave para el análisis de la historia reciente y el terrorismo de Estado en Argentina. A través de la participación de más de cuarenta autores y autoras, es posible una lectura de las múltiples dimensiones que dieron forma a este despliegue represivo en Tucumán, presentando al OI como el laboratorio en el que se ensayaron las prácticas que, más tarde con el golpe de Estado de 1976, serían desplegadas a escala nacional.
Este libro coral, originado en unas jornadas de trabajo, promueve un intercambio de saberes y experiencias provenientes tanto del ámbito académico como de espacios de militancia, dando lugar a una diversidad de enfoques y fuentes integrados en un lenguaje que sostiene claridad sin perder precisión. En este sentido, puede ser abordado tanto en su conjunto como a partir de los artículos que lo componen. A su vez, su estructura —organizada en cinco partes— ofrece una cronología amplia que comienza con el escenario de conflictividad social sobre el que tuvo lugar el OI, avanzando hacia los distintos aspectos que lo forjaron. De allí, extiende su alcance hacia la etapa de la posdictadura marcada por la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, para concluir con el juicio de la «Megacausa Operativo Independencia» en el año 2017.
La primera parte, «Confrontación, cuerpos y escenarios», sitúa a la provincia en el esquema de zonificación militar vigente durante el Operativo, destacando algunos puntos estratégicos que reaparecen a lo largo del libro. A partir de este encuadre territorial, el capítulo de apertura traza los primeros lineamientos del análisis al mostrar cómo, tras la narrativa bélica que construyó el poder militar, se ocultaba el carácter sistemático del terror. Desde esta perspectiva, el OI se configura como un «teatro de operaciones» en el que el monte tucumano fue escenificado como el epicentro de una batalla contra una presunta amenaza subversiva. A su vez, esta dimensión visible se complementa con una faceta encubierta, vinculada a la desaparición forzada de personas y a los Centros Clandestinos de Detención (CCD). Doble rostro de una experiencia represiva y disciplinante que buscó imponer control y dominación en un contexto local de fuerte conflictividad social.
Las siguientes secciones profundizan en este contexto de tensiones al abordar las consecuencias que tuvieron para la provincia las políticas económicas impulsadas por el gobierno dictatorial del Gral. Juan Carlos Onganía a mediados de la década de los sesenta. El correlato de estas acciones se materializó en el proceso de concentración de la agroindustria azucarera, lo cual derivó en el cierre de ingenios, la pérdida masiva de empleos y la migración de miles de tucumanos y tucumanas hacia centros urbanos. En este marco, la lucha obrera en defensa de las fuentes de trabajo puso de manifiesto una temprana resistencia a la política represiva del momento. Paralelamente, la «pueblada en la localidad de Villa Quinteros», el «Tucumanazo» y el «Quintazo» permiten un acercamiento a las acciones del movimiento obrero-estudiantil, evidenciando un proceso de movilización y radicalización política que resulta clave para comprender la intensidad del despliegue represivo. Junto a ello, se explora la actuación de la «Compañía del Monte Ramón de Rosa Jiménez» del PRT-ERP durante el breve periodo en que operó y la escenificación bélica construida a su alrededor. Seguidamente, se indagan las formas de represión ejercidas sobre quienes habitaron las zonas intervenidas por el OI, con especial atención en las violencias ejercidas sobre aquellas mujeres que, aunque no sufrieron la detención, se vieron alcanzadas por formas específicas de coerción y abuso por parte de las fuerzas militares.
La segunda parte del libro, «La represión y sus actores», aborda al OI a partir del Decreto por el cual, en febrero de 1975, el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón ordenó al Ejército llevar a cabo operaciones para «neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos» en la provincia. Desde esta perspectiva, se profundiza en la doctrina contrainsurgente, destacando cómo su marco normativo y conceptual operó como un factor central en la implementación de la represión clandestina. A su vez, el estudio de los archivos burocráticos del Ejército da cuenta tanto de la dimensión institucional como de la lógica y organización interna de la represión. En este contexto, se indaga en la experiencia de los soldados conscriptos movilizados a este «teatro de operaciones», quienes, al mismo tiempo se los exhibió como protagonistas de una batalla, quedaron atrapados en una racionalidad en la que se asumía la omnipresencia de un enemigo interno, incluso entre ellos mismos. Lógica que no solo los comprometió con la violencia del régimen, sino que también los convirtió en víctimas dentro de una estructura militar marcada por la arbitrariedad y la subordinación.
Los artículos siguientes analizan a otros actores clave del proceso represivo situados por fuera del aparato militar. En este sentido, se aborda la participación del vicariato castrense y el trabajo pastoral realizado en el interior de las fuerzas militares como un dispositivo de legitimación religiosa y moral de la «lucha antisubversiva». Asimismo, se expone la responsabilidad empresarial en las violaciones a Derechos Humanos, destacando su vinculación con el poder militar y su implicación en la trama represiva. Esta vinculación, asentada sobre los antecedentes de lucha y conflicto sindical azucarero, se materializó mediante la cesión de espacios al Ejército, solicitudes de detención o tortura a trabajadores y diversas estrategias orientadas al control de la población y el desmantelamiento de sindicatos. Del mismo modo, se revela otra faceta de la complicidad civil a partir del análisis de las causas judiciales vinculadas al accionar del juez federal Manlio Torcuato Martínez, quien desestimó la investigación por la masacre, perpetrada en el marco de un operativo del Ejército, a cinco militantes montoneros. En esta línea, se analiza su condena posterior —casi cuarenta años después— por los delitos que garantizaron la impunidad de los responsables. Posteriormente, el análisis de la cobertura del diario Clarín permite examinar el rol de los medios de comunicación como articuladores y legitimadores del relato militar, destacando su contribución en la construcción de un escenario bélico en el que se libraba una «guerra antisubversiva».
La tercera parte del libro se centra en los «Centros Clandestinos de Detención» y su lugar dentro del plan sistemático del terrorismo de Estado. El primer apartado se detiene en la «Escuelita de Famaillá», el primer CCD del país, creado hacia el inicio del OI y que funcionó como sede operativa del despliegue militar, consolidándose como un ensayo clave en la aplicación de metodologías represivas. Más adelante, tiene lugar el análisis de la «Compañía de Arsenales Miguel de Azcuénaga» a partir de los peritajes que permitieron identificar un galpón utilizado como espacio de detención y tortura y una fosa de inhumación clandestina. Del mismo modo, los testimonios de víctimas-testigo permitieron reconstruir la experiencia en la «Escuela de Educación Física» y la «Jefatura de Policía», dos espacios que integraron el mapa urbano represivo de la capital provincial. En particular, se destaca el papel que desempeñó la «Jefatura de Policía» como nexo del circuito represivo al facilitar la conexión con otros CCD, tanto de la provincia como del noroeste argentino. La siguiente sección aborda los espacios cedidos por el «Ingenio La Fronterita» al Ejército, mediante una representación audiovisual del territorio basada en los recorridos de las víctimas que estuvieron allí, revelando así la sistematicidad de los mecanismos represivos. Para concluir este análisis, se presenta un acercamiento a la «Base Militar de Santa Lucía» —construida sobre el ingenio de la localidad años después de su cierre—, destacando la recurrencia en los trayectos de los detenidos-desaparecidos y su traslado a otros CCD del sur de la provincia, dando cuenta del alto grado de planificación de las fuerzas armadas.
La cuarta parte titulada «Espacios, marcas y conexiones», examina otras formas de manifestación de esta trama en el territorio. Como punto de partida, se reconstruyen un conjunto de casos de secuestro, apropiación de menores y desaparición de vecinos de la localidad de Tafí Viejo, lugar donde la resistencia sindical de los ferroviarios sentó los antecedentes para una concepción de comunidad que permitió incorporar a las víctimas de la represión. Luego, el trabajo de arqueología forense realizado en el «Pozo de Vargas» permite aproximarse tanto a la magnitud de esta fosa clandestina como al proceso de identificación de las personas cuyos restos fueron recuperados de allí. A continuación, se analiza cómo el proceso represivo irrumpió en la cotidianidad de los habitantes de Monteros y el modo en que las intervenciones estatales resignificaron eventos clave en sus biografías en un contexto atravesado por la ausencia de una memoria oficial con la cual identificarse.
Más adelante, se examina la expansión de los mecanismos de control y vigilancia hacia el Valle Calchaquí, poniendo especial énfasis en la desarticulación de las organizaciones indígenas. Con perspectiva regional, la siguiente sección estudia cómo el accionar del Departamento de Informaciones Policiales de Santiago del Estero se articuló al OI como red clandestina de inteligencia que centralizaba y enlazaba las acciones con otras provincias del noroeste. Otra dimensión territorial aborda los pueblos fundados por Antonio Domingo Bussi —perpetrador que estuvo al frente del OI hacia fines de 1975 y ejerció el poder provincial durante la dictadura— en nombre de los soldados caídos en las zonas donde tuvieron lugar las operaciones militares. De este modo, se observa cómo la acción represiva se combinó con un delicado programa de acción cívica y psicológica orientado a producir subjetividades afines al proyecto autoritario. Finalmente, esta sección cierra con una revisión de la narrativa construida por el Ejército en torno a sus héroes caídos, señalando cómo la mayoría no murió en enfrentamientos y que, en varios casos, los fallecimientos ocurrieron incluso antes del inicio del Operativo.
La última parte, «Memoria, Verdad y Justicia», aborda las diversas formas de construir y disputar la memoria durante la etapa de la posdictadura. Para ello, se parte de un recorrido por la trayectoria del movimiento de derechos humanos de la provincia, destacando cómo sus demandas e identidad fueron moldeadas no solo por los acontecimientos nacionales, sino también por las particularidades de las condiciones político-institucionales locales. En este marco, se aborda el juicio ético y popular contra Bussi, llevado a cabo en el contexto de impunidad en los años noventa, pocos meses antes de que resultara electo gobernador. Desde esta perspectiva, se realiza un análisis del voto que lo llevó al poder a través de una lectura de las memorias construidas en torno a su gobierno durante el proceso represivo. De este modo, lejos de implicar un ejercicio de olvido, emergen memorias enfrentadas en un contexto de crisis económica y de cuestionamiento a la dirigencia local, factores que permitieron a Bussi captar adhesiones tanto de manera orgánica como intermitente. Asimismo, se analiza el alcance de las leyes de reparación patrimonial para víctimas del terrorismo de Estado, destacando la ausencia del OI en ellas y reflejando las desigualdades en el acceso a la justicia y la reparación. Posteriormente, un recorrido por la documentación recuperada de la «Jefatura de Policía», visibiliza tanto el funcionamiento interno de la represión como los mecanismos de información e inteligencia policial.
En esta línea, se abordan dos juicios de lesa humanidad llevados a cabo en la provincia. Por un lado, la «Megacausa Jefatura II Arsenales II» se presenta como un espacio que habilitó la configuración de actores que, a través del testimonio, disputaron sentidos en torno a la memoria en un contexto en el que los juicios ofrecieron una oportunidad para la construcción de actos de resistencia. Por otro lado, la «Megacausa Operativo Independencia» permite el análisis del juicio como un lugar de memorias donde coexisten dimensiones cohesivas y conflictivas, en un marco signado por el resurgimiento de debates que parecían resueltos. Hacia el cierre, tiene lugar una reflexión sobre el acto de hacer memorias y cómo el conocimiento puede contribuir en esta construcción. Finalmente, las últimas páginas incluyen una selección de fotografías de la Octava Bienal Argentina de Fotografía Documental de Tucumán, invitando a recorrer algunos de los sitios de memoria mencionados a lo largo del libro y dando lugar a un cruce entre la memoria histórica y los atravesamientos contemporáneos.
En esta perspectiva, el libro se presenta como una contribución clave al análisis de los procesos represivos en Argentina, ofreciendo una lectura del pasado reciente con un anclaje federal y territorial que no solo descentraliza los estudios sobre el terrorismo de Estado, sino que también permite tensionar cronologías asumidas como lineales o nacionales. De esta manera, al proponer una lectura del OI como la antesala del proceso que luego se desplegaría con el golpe de Estado de 1976, el texto permite problematizar la idea de dictadura como punto de ruptura, observando cómo en Tucumán no implicó necesariamente un punto de inflexión, sino una continuidad de las prácticas iniciadas con el OI al menos un año antes que en el resto del país. En este sentido, el análisis propuesto contribuye a una revisión situada que avanza sobre las zonas grises del proceso represivo, aportando elementos para repensar el modo en que se construyen las narrativas sobre la violencia estatal. Es así que, en un contexto de disputa constante sobre el pasado, y especialmente ante una coyuntura en la que el OI sigue interpelando al presente, esta obra no solo ilumina los procesos de violencia estatal, sino que también refuerza su importancia al contribuir en la construcción de la memoria en un diálogo que resiste borramientos y negacionismos.
María Pilar Jaén
Instituto Superior de Estudios Sociales
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de Tucumán
mariapilarjaen@gmail.com
Anuario Nº43, Escuela de Historia
Facultad de Humanidades y Artes (Universidad Nacional de Rosario), 2025
ISSN 1853-8835