La dirección comunista en la Unión Obrera de la Construcción de la
República Argentina (UOCRA), 1955-1959
La dirección comunista en la
Unión Obrera de la Construcción de la
República Argentina (UOCRA), 1955-1959
Communist Leadership in the Construction Worker´s Union of the Argentine Republic (UOCRA), 1955-1959
EZEQUIEL PATRICIO MURMIS
Universidad de Buenos Aires
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”
Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y las Izquierdas e.murmis@hotmail.com
RESUMEN
En el presente artículo analizaremos las características que asumió la dirección comunista en la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) en la Argentina de mediados del siglo XX. Se trata de un estudio que pretende abordar tres aspectos bien significativos acerca de los vínculos entre movimiento obrero e izquierdas. En primer lugar, la historia del sindicalismo comunista, que tiene una larga trayectoria en la industria que fuera uno de sus principales bastiones desde la creación de la entonces Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC) en 1936. En segundo lugar, permite interrogarse acerca de las características que asumió la relación entre la izquierda tradicional y el peronismo en los sindicatos. Por último, permite intervenir en los debates historiográficos acerca de las viejas y nuevas camadas de las dirigencias sindicales que participaron activamente de la Resistencia entre 1955 y 1959/60.
Palabras clave: Partido Comunista, construcción, resistencia
ABSTRACT
This article examines the features of communist leadership within the Construction Workers' Union (UOCRA) in Argentina during the mid-20th century. The study focuses on three key aspects of the relationship between the labor movement and the left. First, it explores the history of communist unionism, which has deep roots in an industry that became one of its main strongholds since the establishment of the National Construction Workers' Federation (FONC) in 1936. Second, it delves into the nature of the relationship between traditional leftist movements and Peronism within unions. Finally, it engages with historiographical debates on the old and new generations of union leaders who played an active role in the Resistance between 1955 and 1959/60.
Keywords: Communist Party, construction, resistance
Introducción
En el segundo lustro de la década de 1950, el sindicalismo comunista experimentó un proceso de crecimiento al interior del movimiento obrero, lo cual representó una ruptura en la tendencia al reflujo atravesado durante los años del peronismo en el poder (Murmis, 2024). Se trata de un aspecto bien significativo de la historia del movimiento obrero y las izquierdas al que se le ha dado un tratamiento parcial o tangencial en la bibliografía específica sobre el sindicalismo (Dimase, 1964; Zorrilla, 1974 y 1988; Senén González, 1971; Cavarozzi, 1979; Audi y Cardoso, 1981; Fernández, 1983; Baily, 1986; Salas, 1990, James, 1990; Schneider, 2005; Gasparri y Panella, 2008; Senén González y Ferrari, 2010) y en aquella dedicada a estudiar puntualmente la historia del Partido Comunista en esos años, en tanto la misma se concentró especialmente en el estudio de aspectos relacionados a la política partidaria, la cultura y la intelectualidad comunista o su intervención en el movimiento estudiantil, el agro y las villas miseria (Kohan, 1996; Tortti, 1999; Burgos, 2004; Cernadas, 2005; Bulacio, 2006; Arpini y Olalla, 2006; Camarero, 2014; Massholder, 2014 y 2018; Prado Acosta, 2015; Vezzetti, 2016; García, 2016; Bonvillani, 2015 y 2018; Mutarelli, 2016; Rupar, 2018; Snitcofsky, 2017; Staltari, 2017; Petra, 2017; Lissandrello, 2020; Mondino, 2022 y 2023; Ascolani, 2023; Campione, 2024). En los últimos años se produjeron avances respecto del conocimiento acerca del cruce entre comunismo y movimiento obrero tras el golpe contra el gobierno de Juan D. Perón en 1955, con trabajos sobre su participación sindical en Rosario (Simonassi y Vogelmann, 2017) y algunos estudios de caso como el de la carne de Rosario, tabaco, bancarios y ferrocarriles (Menotti, 2008; Acha, 2008; Sánchez, 2018; Izquierdo, 2018). Junto con estos trabajos se encuentra mi propia producción, dedicada especialmente a estudiar las características y alcances que adquirió la intervención del PC en el movimiento obrero en los ’50 y ’60, en donde analicé la recomposición del sindicalismo comunista y su inserción en diversos agrupamientos sindicales en el período (Murmis, 2018, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024).
En este artículo, el objetivo es analizar un caso paradigmático de aquel proceso de crecimiento, el de la reconquista de la dirección de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) por parte de la militancia comunista. Un trabajo de estas características adquiere relevancia en tanto permite avanzar en el análisis de una de las organizaciones más importantes -cualitativa y cuantitativamente- y llamativamente poco exploradas del sindicalismo argentino. En ese sentido, este trabajo se acopla al puñado de textos dedicados a la historia de la UOCRA en los años ’30-40 desde una óptica centrada en el estudio de uno de sus sectores más dinámicos y determinantes: la militancia comunista de la construcción, que tiene una larga trayectoria en la industria que fuera uno de sus principales bastiones desde la creación de la entonces Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC). La misma se constituyó en 1936 como una de las expresiones paradigmáticas del sindicalismo único por rama antes del surgimiento del peronismo y cuenta con una historia inescindible de la del Partido Comunista (PC), dado que fue su militancia la que diseñó su estructura y su funcionamiento y la que la dirigió hasta su disolución tras el golpe militar de 1943 (Durruty, 1969; Ceruso, 2011; Camarero, 2012; Staltari, 2019).
En este marco, la investigación acerca de la recuperación de la dirección del sindicato por parte de la militancia comunista invita a profundizar el análisis acerca de las características que asumió la relación entre la izquierda tradicional y el peronismo en los sindicatos, especialmente a la luz del desplazamiento de la dirección comunista con el advenimiento del peronismo, su posterior retorno con la caída de Perón en 1955 y el último traspaso de manos en los albores de los ’60 a partir de la ofensiva anticomunista del gobierno de Arturo Frondizi. Por último, este trabajo permite intervenir en los debates historiográficos acerca de las características que asumió la Resistencia entre 1955 y 1959/60. En ese sentido, a través de la reconstrucción del proceso de recuperación del sindicato por parte del comunismo podremos fortalecer tres hipótesis elaboradas para el estudio de aquel proceso histórico: por un lado, contribuye a mostrar la variedad de sujetos que participaron de la Resistencia en la segunda mitad de los años ’50, invitando así a observar el proceso más allá de su común caracterización como ‘peronista’; por otro, ratifica que la aparición de una “nueva” camada militante en el sindicalismo no significó el reemplazo de una “vieja” sino que, en ciertos casos, especialmente en los gremios con fuerte presencia de sectores no peronistas, los protagonistas de la reorganización fueron dirigentes con amplia experiencia en la dirección sindical (Schneider, 2005); finalmente, la historia de la UOCRA refuerza la idea de una derrota sufrida por el movimiento obrero en los años 1959-1960 (James, 1990), lo cual se confirma aquí con la interrupción estatal del mandato comunista al frente del gremio de la construcción, en el marco del abrupto declive del sindicalismo comunista en general y el reforzamiento de las direcciones sindicales ‘burocráticas’ de cara a la normalización del movimiento obrero intervenido.
Para llevar a cabo este estudio nos concentraremos especialmente en los procesos de lucha y organización de la militancia comunista en el gremio, recurriendo principalmente a diversas fuentes partidarias como el semanario Nuestra Palabra (NP), el diario La Hora (LH) y la revista mensual Nueva Era (NE), en donde se pudo obtener información detallada acerca de la actividad de este sector en particular. Además de estas, algunos aspectos relativos a la UOCRA se completan con el análisis de fuentes estatales y de prensa comercial como los diarios La Razón y El Popular. Se trata de un conjunto de fuentes recabadas en los Archivo Nacional del Partido Comunista, el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI), el Fondo del Centro de Estudios Nacionales (CEN) / Subfondo Arturo Frondizi de la Biblioteca Nacional y el Archivo Nacional de la Memoria.
Antecedentes comunistas en el gremio de la construcción
La historia del sindicalismo comunista en la representación de los obreros de la construcción se remonta a los años ’30, cuando el gremio se encontraba en proceso de organización sindical. En esa etapa, los dirigentes comunistas ejercieron una influencia determinante en el establecimiento del perfil organizativo de las entidades, primero desde el Sindicato de Obreros Albañiles, Cemento Armado y Anexos de la Capital Federal, organización surgida en 1935 y que fuera la base para la creación de la Federación Obrera de Sindicatos de la Construcción (FOSC), y luego en el Sindicato Único de la Construcción de Capital y su organización a nivel nacional, la Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC) de 1936. Esta última se convirtió en uno de los primeros sindicatos unificados por actividad aun antes del surgimiento del peronismo y fue entonces el segundo en número de integrantes, solo por detrás del principal sindicato de la época, la Unión Ferroviaria (Ceruso, 2011; Camarero, 2012; Staltari, 2019).
La participación comunista en el gremio de la construcción fue central en su historia, en tanto allí se estableció el principal bastión de la izquierda en el movimiento obrero, allí se foguearon quienes pasaron a ser los dirigentes obreros emblemáticos del comunismo y ese fue el trampolín para alcanzar puestos en la primera plana de la Confederación General del Trabajo (CGT). En ese proceso adquirieron relevancia las figuras de los comunistas Pedro Chiarante y Rubens Iscaro, quienes ocuparon los principales cargos directivos de las organizaciones del gremio mencionadas, integraron el Comité Central de la CGT y asumieron en los años ’40 la dirección de la organización sindical del PC: el Movimiento Pro Democratización e Independencia de los Sindicatos (MPDIS).[1]
No obstante, el protagonismo adquirido por el comunismo en el gremio de la construcción se interrumpió a partir del golpe de Estado de 1943, cuando el gobierno militar procedió a clausurar los locales de la FONC, retirar su personería gremial y a reconocer legalmente a una organización paralela del gremio promovida por un sector socialista del sindicalismo. Durante los primeros años de existencia de la flamante UOCRA, la militancia comunista se mantuvo al margen de esta esperando recuperar la organización que supo construir, aunque a mediados de 1946 resolvió disolver sus organizaciones e integrarse a la misma en base a la política de “unidad desde abajo” establecida bajo los lineamientos del XI Congreso partidario. De este modo, en el transcurso de los años peronistas el comunismo estuvo presente en la vida de la organización, aunque alejado de los puestos directivos de un sindicato alineado con las políticas del gobierno (Staltari, 2019; Ceruso y Staltari, 2018).
El nuevo escenario durante la “Revolución Libertadora” (1955-1958)
En la nueva situación nacional establecida con el golpe de Estado contra el gobierno de Perón en 1955, el gobierno militar conducido por Pedro E. Aramburu avanzó tempranamente en un proceso de desperonización que en la esfera laboral implicó: la intervención estatal de todos los niveles del movimiento obrero, desde la CGT, las direcciones sindicales a nivel nacional y local, hasta las comisiones internas y los mandatos de delegados; la derogación de la ley de Asociaciones Profesionales, que establecía el control total de la dirección del sindicato a la lista triunfante y el reconocimiento de un sindicato único por actividad; la ilegalización de las manifestaciones, junto con una persistente represión e intimidación a la militancia sindical de base; el establecimiento de nuevas pautas para reorganizar el movimiento obrero a través de un proceso eleccionario controlado por el Estado, en el que se destacaba la inhabilitación para que se presentaran los dirigentes sindicales que habían ejercido funciones durante el peronismo, esperando así que se impusiera una dirección sindical afín al gobierno (especialmente de tendencia radical o socialista) que fuera tolerante a la política de racionalización productiva lanzada por la dictadura (James, 1990).
En este contexto en el que algunos rasgos salientes fueron la intensificación de la lucha de clases y el inicio de la Resistencia contra estas políticas, el proceso de normalización del movimiento obrero lanzado con la apertura de nuevas elecciones sindicales de 1956-1957 abrió las puertas para que el sindicalismo comunista recuperara posiciones perdidas en la década anterior. Esto fue posible porque tanto la proscripción del peronismo como el establecimiento de un sistema de representación proporcional en tercios (dos tercios de los puestos directivos para la lista triunfante y el tercio restante para la segunda en cantidad de votos) habilitaron el reflorecimiento de tendencias sindicales hasta entonces marginadas. En ese sentido, la convocatoria se estructuró por etapas, primero para conformar Comisiones Paritarias a inicios de 1956 de cara a la negociación colectiva aplazada desde 1954; segundo para elegir de Comisiones Internas y Comisiones Directivas de los sindicatos y, finalmente, para elección de las autoridades de la CGT. Ahora bien, ¿cómo se desarrolló concretamente este proceso en la UOCRA?
La reconquista del sindicato
Las elecciones sindicales de 1956/1957 en la UOCRA tuvieron, como signo distintivo, el retorno de la vieja dirigencia comunista en la primera plana del sindicato. Militantes destacados de la década del ’30 como Rubens Iscaro, Pedro Chiriante, Antonio Cabrera, Luis Trossi y Roque Alessi fueron quienes encabezaron el proceso de recuperación de la dirección del gremio, portando en esta coyuntura el peso de la experiencia de su intervención en las luchas pasadas, la conducción sindical y la represión estatal. Esta recuperación tuvo principalmente dos particularidades en lo que respecta al proceso de reorganización del sindicalismo tras el golpe de Estado. Por un lado, la política de “unidad desde abajo” iniciada en 1946 y profundizada en términos generales a partir de 1955 -que implicó la búsqueda de acuerdos con diversos sectores del peronismo, el radicalismo o el socialismo, tanto en los sindicatos como en la política nacional, y que tuvo sus frutos con el armado de la Comisión Intersindical, las 62 Organizaciones y el Movimiento Obrero Unificado entre 1957 y 1960 y la coincidencia en las urnas durante los años ’50 y ’60 (Murmis, 2024)- no logró materializarse en la UOCRA a partir de la conformación de listas unitarias junto a otros sectores, sino que fue hegemonizada por la militancia comunista en base a la fuerza adquirida por la histórica inserción en el gremio. Por otro lado, aunque la nueva normativa gubernamental establecía la representación proporcional en las direcciones sindicales, el caótico proceso electoral atravesado en la UOCRA terminó por efectuarse con una sola lista tras el retiro de las restantes, produciéndose así una conquista de la totalidad de los puestos directivos por parte de la lista del sindicalismo comunista.
La normalización la UOCRA, que ese encontraba entre las principales organizaciones del movimiento obrero y contaba entonces con 95.000 afiliados, se produjo recién a fines de 1957.[2] En esa fecha, el congreso de la organización designó como secretario general a Rubens Iscaro y a José Miguel Zárate como adjunto.[3] Sin embargo, hasta ese momento, el gremio se enfrentó a la persecución de numerosos delegados y dirigentes, despidos, irregularidades en el proceso eleccionario y una dura huelga en torno a la negociación colectiva de 1956 contra las cláusulas de aumento de la productividad, en un proceso que terminó por colocar a los conductores de esas luchas al frente de la organización.
Uno de los primeros golpes contra el comunismo en general y la militancia de la construcción en particular, fue la detención de Iscaro a fines de 1955, producida en el marco de una razzia policial que, comandada por la Sección Especial de Represión al Comunismo, encarceló a 125 personas que fueron confinadas en Río Gallegos bajo la acusación de “perturbación”.[4] El carácter arbitrario de las detenciones sin orden de un juez y sin posibilidad de recurrir a un habeas corpus fue un factor que incrementó la indignación en sectores del movimiento obrero, los cuales comenzaron a organizarse para obtener la liberación de Iscaro y el resto de las personas confinadas.[5]
En la UOCRA, la lucha por la liberación de Iscaro se desarrolló a la par de la pelea en torno a la negociación del convenio. En los primeros meses de 1956 se realizaron las elecciones para conformar las comisiones paritarias según lo establecido, que en el gremio se dividieron por ramas y por seccional, al tiempo que se creó una Comisión Paritaria Nacional. En abril de aquel año comenzaron las dificultades en torno a la negociación, cuando los representantes paritarios de todo el país definieron la presentación del anteproyecto de convenio elaborado por la parte obrera. Esto generó una reacción del interventor de la CGT, que suspendió el anteproyecto elaborado en asamblea y corrió del cargo a su par en el sindicato, reemplazándolo por Marcelo Aita Sandoval.[6]
Los ataques contra los representantes sindicales y la intransigencia de la intervención y las patronales fueron manifestándose en distintos puntos del país, lo cual fue resistido por los trabajadores a lo largo del año. En mayo se registraron agresiones a un delegado comunista del sindicato de Tucumán, Liborio Figueredo, quien fue amenazado por vender entre sus compañeros el periódico del MPDIS, Unidad Sindical, lo cual contó con el aval del interventor local.[7] Ese mismo mes se desataron una serie de huelgas en Córdoba ante la dificultad de obtener un aumento salarial de emergencia, en las que fueron despedidos los delegados Hugo Varela (en la obra del Dique Los Molinos) y Basualdo (de Siemens Baunnion en La Calera). La huelga de 24 horas del 18 de mayo por esos motivos fue respondida por la dirigencia de Siemens Baunnion con el despido del total de los 22 delegados de la empresa, razón por la cual la UOCRA de Córdoba decidió parar nuevamente por 48hs los días 22 y 23 de ese mes y por 72hs entre el 31 de mayo y el 2 de junio, reclamando el aumento solicitado y la reincorporación de los delegados. La respuesta a esta medida fue un incremento de la represión al invocarse la ley marcial para reanudar el trabajo, encarcelando a integrantes del Comité de Huelga del sindicato y, de parte de la Siemens Baunnion, despidiendo a 300 obreros, lo que motivó nuevamente el inicio de una huelga el 18 de mayo que fue ilegalizada por el Ministerio de Trabajo local.[8]
El conflicto se extendió a Mar del Plata cuando el interventor resolvió disolver las comisiones de rama. Frente a ello, las comisiones desarticuladas se reunieron para crear una Comisión de Organización que gestionara el reclamo por aumentos salariales y la elaboración del convenio, lo cual llevó a la realización de un paro el 7 de agosto que logró frenar la disolución de las comisiones de rama. Sin embargo, ante la falta de respuestas, el gremio lanzó ese mismo mes una huelga de 48hs que fue declarada ilegal y tras la cual se procedió a detener a los integrantes de la Comisión de Organización y del Comité de Huelga.[9] El paso siguiente fue un nuevo paro de 72hs entre el 22 y 24 de agosto que se completó con una movilización por las calles de la ciudad, a través del cual obtuvieron la libertad de los detenidos y sufrieron la suspensión de siete delegados. Lejos de resolverse el conflicto, el sindicato convocó nuevamente a un paro el 19 de septiembre retomando el reclamo por el aumento salarial y las nuevas detenciones, aunque para entonces la lucha asumía otra dimensión al desarrollarse a escala nacional.[10]
La situación en el gremio se replicó en Capital y alrededores, lo cual terminó por nacionalizar el conflicto. En una primera instancia, la UOCRA de Capital y Gran Buenos Aires realizó un paro de 24hs el 31 de agosto reclamando un aumento salarial y el cese de la ofensiva empresarial por realizar medidas tendientes al aumento de la productividad. Dada la centralidad del gremio capitalino y la influencia que comenzaban a hacer sentir los sectores comunistas, se hicieron gestiones para iniciar una huelga a nivel nacional de la mano de Antonio Cabrera, militante comunista delegado de empresa, integrante de la Comisión Paritaria de la rama pintores y miembro del MPDIS.[11] En la asamblea realizada el día del paro, Cabrera informó que se convocaría a la Comisión Paritaria Nacional para entablar un dialogo con su par de la Capital para llevar las reivindicaciones al presidente Aramburu, realizar un paro nacional y convocar al gremio para participar activamente en las elecciones con el fin de conquistar la normalización de la UOCRA.[12]
En este marco, la presentación del convenio por parte de la patronal confirmó los intentos por reglamentar en el sector la racionalización productiva impulsada por Aramburu. El proyecto proponía salarios por debajo de los que venía reclamando la parte obrera y manifestaba el interés por establecer acuerdos tendientes al incremento de la productividad a través de contratos individuales o por cuadrillas, que habilitarían la realización de horas extras y la recuperación de horas de trabajo por causas climáticas. Frente a ello, la Comisión Paritaria Nacional rechazó la propuesta y declaró el estado de huelga, que terminó por resolverse con la creación de un Comité de Huelga y la realización de un paro general el 24 de septiembre, que incluía entre sus reivindicaciones la conquista del convenio, la liberación de Iscaro, Chain, Maldonado y el resto de los detenidos y la reincorporación del cuerpo de delegados cesante en la Siemens Baunnion de Córdoba.[13] En la escalada del conflicto, el interventor procedió a desafiliar a no menos de 18 militantes y dirigentes de la construcción, entre los que se encontraban dirigentes comunistas como el histórico Pedro Chiarante, Antonio Cabrera, Alejandro Romero, Raúl López y Espiridión González.[14] El paso siguiente dado por la UOCRA fue la realización de un paro de 48hs los días 1 y 2 de octubre y, la semana siguiente, cuatro jornadas consecutivas de paro entre el 8 y el 11, mientras las tratativas pasaron al Tribunal Arbitral, el cual terminó fijando en su fallo cifras salariales superiores a las ofrecidas en el proyecto de convenio elaborado por la parte empresarial.[15]
Tras esa conquista, el sindicato se abocó a la realización de las elecciones para establecer una dirección que pusiera fin a la intervención. En esta nueva etapa fue determinante el proceso de organización y lucha experimentado a lo largo de 1956, en tanto el Comité de Huelga pasó a ser considerado en los hechos como la dirección de la organización dada su representatividad de los intereses del gremio. Esto se formalizó en la asamblea realizada en noviembre en local de la UOCRA Capital/Gran Buenos Aires, en la que se dio por finalizado el conflicto que abarcó buena parte del año y se transformó al Comité de Huelga en una Comisión Unitaria encargada de auspiciar una lista y presentar candidatos para las elecciones en las distintas seccionales, con el objetivo de convertir al mismo en la futura dirección del sindicato.[16]
Si bien se advierten a lo largo del proceso numerosas denuncias por maniobras fraudulentas en distintas partes del país (como la impugnación de listas, la división de elecciones por seccionales, la elaboración de padrones fraguados, la convalidación de resultados con escasa participación, etc.), esto no impidió que se cosecharan triunfos significativos.[17] En la UOCRA de Capital/Gran Buenos Aires se procedió a separar del sindicato a miembros de la Lista Unitaria –a la cual le asignaron el color verde, como es usual en las listas sindicales–, como había sucedido a lo largo del conflicto por el convenio, al tiempo que se reemplazaba al interventor local, se demoraba la elaboración de los padrones y se desconfiaba del escaso número de obreros habilitados para votar.[18] Tras esas irregularidades, las elecciones en la seccional se llevaron a cabo en marzo con la participación de 4 listas, en las que triunfó la verde unitaria encabezada por el comunista Roque Alessi e integrada por los candidatos que pudo oficializar.[19] Sin embargo, al conocerse el resultado las mismas fueron anuladas por el interventor Sandoval y postergadas en dos ocasiones, llegando a votar a fines de mayo en un nuevo escenario: además de incluir en la votación los candidatos para el Congreso de la UOCRA, las tres listas que habían sido derrotadas se juntaron en una sola, llevando a una confrontación directa entre éstas y la verde comunista del MPDIS. Aun así, la lista blanca integrada por miembros de la intervención optó por retirarse al iniciarse los comicios, lo cual finalizó por ser una elección con una sola lista: de los 870 votos emitidos, 831 fueron para la verde, poniendo a Alessi al frente del sindicato local y a la verde en la totalidad de los puestos directivos.[20] En paralelo, el sindicato de Mar del Plata también atravesó un proceso conflictivo, que tuvo un primer capítulo plagado de irregularidades en diciembre de 1956, al convalidarse en primera instancia una elección con padrones fraguados, escasos votos e impugnación de listas. Por esos motivos, el reclamo por elecciones limpias obligó postergar los comicios hasta octubre de 1957, cuando finalmente se impuso la lista apoyada por el MPDIS.[21]
Con la paulatina elección de autoridades sindicales en las filiales, se perfiló la realización del Congreso Nacional de la UOCRA, que sesionó entre octubre y noviembre de 1957 designando al recientemente liberado Rubens Iscaro como secretario general y a José Miguel Zárate como adjunto.[22] De este modo, se convalidaron en el gremio los aportes de la militancia comunista en las luchas del periodo 1956-1957, en donde se combinaron las reivindicaciones salariales, la pelea por la liberación de detenidos, la reincorporación de militantes separados del sindicato y la oposición al convenio propuesto por los empresarios. Fue bajo esa nueva conducción comunista que se impulsó la huelga de 45 días con la que se conquistó un aumento de emergencia a pesar de la represión las detenciones.[23] Sin embargo, la cuenta pendiente era la renovación del convenio colectivo establecido en 1952, el cual, tras haber sido pospuesto en 1954 por Perón y en 1956-1957 por la conflictividad descrita, se postergó para 1958.[24]
La desarticulación durante el gobierno de Arturo Frondizi
La constitución de la dirección comunista en la UOCRA durante la “Libertadora” estuvo cargada de irregularidades, aunque, como se mostró anteriormente no impidieron que las listas auspiciadas por el MPDIS se impusieran en los sindicatos de Capital/Gran Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Reconquista y en la organización a nivel nacional. El proceso había sido particularmente engorroso en Capital/Gran Buenos Aires, en donde los comunistas Roque Alessi y Luis Trossi fueron electos en dos ocasiones luego de una primera impugnación, postergando la elección de la Comisión Ejecutiva del sindicato hasta junio de 1958, a penas a un mes de la asunción de Frondizi. En aquella elección, los candidatos comunistas volvieron a ganar con Roque Alessi, Alejandro Romero, Egidio Del Frate, y Luis Trossi a la cabeza.[25] Sin embargo, semanas más tarde el Ministerio de Trabajo procedió a anular el Congreso Nacional celebrado por la UOCRA en noviembre de 1957, lo cual implicaba desconocer a la Comisión Directiva de Iscaro y Zárate y el retorno a la situación de intervención.[26] ¿Qué estaba sucediendo?
Uno de los ejes principales del ascenso de Frondizi a la presidencia fue el acuerdo secreto establecido con el propio Perón, a través del cual el peronismo garantizaba el aporte de un enorme caudal de votos a cambio del levantamiento de la proscripción al Partido Peronista, el cese de las inhabilitaciones gremiales y la normalización de los sindicatos y la CGT (Cavarozzi, 1979; Spinelli, 1991; Rodríguez Lamas, 1984). En el terreno sindical, esto se materializó con la sanción de una nueva ley de Asociaciones Profesionales tendiente a reconstruir los lineamientos centrales del modelo sindical imperante durante el peronismo, lo cual implicaba abolir la representación de la minoría en el sindicato, reconocer a las organizaciones que nuclearan a trabajadores y trabajadoras por actividad o por oficio, (obteniendo la personería gremial aquella más representativa), a las federaciones que agruparan a estas organizaciones de primer grado y a la confederación general.[27] Con esta política, la cuestión radicaba en procurar la afirmación del sindicalismo peronista frente a las corrientes que aspiraron durante el gobierno dictatorial disputar su liderazgo (Zorrilla, 1974; Jáuregui, 2022). En ese sentido, la ley se reglamentó desconociendo las elecciones sindicales del período previo y convocando a renovar de autoridades sindicales en un lapso de 90 días bajo la supervisión de veedores estatales y del nuevo interventor de la CGT, Alfredo Insaurralde..[28] Esto impactó directamente en la vida de todas las organizaciones sindicales y la UOCRA no fue la excepción. En todo caso, la particularidad radicaba en que, para sectores como el sindicalismo comunista, esto implicaba reiniciar el proceso de conquista de las direcciones que con tanto esfuerzo habían alcanzado durante la dictadura.
En el caso de la UOCRA, el desconocimiento de las autoridades surgidas en 1957 estuvo acompañado de una convocatoria para realizar elecciones a partir de diciembre de 1958. Sin embargo, adelantando aquí el final de esta historia, las mismas fueron postergadas indefinidamente ante la impugnación de una de las agrupaciones opositoras del gremio: la otrora dirección peronista del sindicato, que comenzó a organizarse en esos años bajo el nombre de MUNOC y sobre quienes pesaban acusaciones de cometer actos violentos contra militantes comunistas del gremio.[29] Esta situación se mantuvo a inicios de 1959, cuando se conquistaron aumentos salariales y se encontraba activa la mesa de negociación colectiva de trabajo.[30]
Ahora bien, en el contexto en el que se estipulaba la normalización sindical bajo la nueva ley, la actividad del movimiento obrero en la Resistencia entró en su clímax: fue allí que protagonizó entre fines de 1958 e inicios de 1959 las históricas huelgas petroleras en Mendoza y de la carne en el Frigorífico “Lisandro de la Torre”, impulsadas en contra del programa económico desarrollista de Frondizi que incluía privatizaciones, un plan de estabilización con financiamiento del Fondo Monetario Internacional y la explotación privada del petróleo argentino (Salas, 1990; James, 1990; Schneider, 2005). En ese marco, la UOCRA fue una de las tantas organizaciones intervenidas por el gobierno y puestas bajo control militar, dando inicio a una feroz represión contra el movimiento obrero y a la aplicación del régimen de excepción conocido como Plan Conintes (Pontoriero, 2022).
El proceso de desarticulación de la dirección comunista de la UOCRA durante 1959-1960 tuvo dos facetas. Por un lado, la primera plana de la dirección comunista sufrió detenciones en distintas ocasiones: Iscaro estuvo preso entre febrero y marzo, luego fue detenido por un día al salir de una reunión de dirigentes sindicales con el Ministro Álvaro Alsogaray y, finalmente, volvió a ser detenido en septiembre de 1959 tras participar de la huelga general de 48 horas, siendo liberado recién en mayo de 1960, fecha en la que partió al exilio por años;[31] José Miguel Zárate, Pedro Chiaranti, Luis Trossi, Esperidión González y Lino Tejeda también fueron detenidos a finales de 1959 y puestos a disposición del Poder Ejecutivo como presos Conintes, siendo liberados entre julio y noviembre de 1960 según el caso; por último, Chiarante volvió a ser encarcelado entre octubre de 1960 y marzo de 1961.[32] Por otro lado, el interventor militar, el Coronel Adolfo Sívori, procedió a otorgar la dirección del sindicato de Capital al mencionado MUNOC y a suplantar a los miembros de la Comisión Paritaria Nacional para aprobar un laudo arbitral respecto del convenio colectivo que se encontraba en proceso de negociación.[33]
En ese marco, el gremio realizó una primera huelga en abril de 1959 junto al resto de los sindicatos intervenidos a inicios de año (textil, metalúrgico, químico, madera, carne, petroleros del Estado, frigorífico “Lisandro de la Torre” y portuarios), en la que se hizo frente al estado de sitio y se reclamó contra las intervenciones sindicales, por aumentos salariales, la reanudación de la negociación colectiva de trabajo y la liberación de presos, entre otros puntos. En aquella ocasión en la que actuaron conjuntamente comunistas y peronistas, el gobierno respondió con un operativo policial que llevó detenidos a 138 manifestantes y con un incremento de la tónica anticomunista iniciada en los meses previos, lo cual se expresó en declaraciones de funcionarios que pusieron el foco en el carácter comunista de los organizadores y asistentes a la concentración en el centro porteño.[34] Dos meses más tarde, se realizó en la construcción un paro de 72 horas en contra de la intervención de la UOCRA y la suplantación de la Paritaria y de la dirección de la seccional Capital en manos del MUNOC, tras el cual se obtuvieron magros aumentos salariales y la liberación del conjunto de obreros de la construcción detenidos en la primera parte del año. Aun así, en agosto convocaron a un nuevo paro de 24 horas para hacer efectivo aquel aumento y reiterar el reclamo en contra de la intervención.[35]
Recién en diciembre de 1959 comenzó a delinearse un nuevo proceso eleccionario en el gremio. A partir de entonces, el grupo comunista que actuaba como representación de la Comisión Directiva liderada por Iscaro y Zárate resolvió participar de las mismas a pesar de las denuncias de fraude contra la intervención y el mismo MUNOC, formando una lista (la verde) integrada por el conjunto de dirigentes comunistas de la construcción, la mayoría de los cuales se encontraba entonces en prisión.[36]
Sin embargo, al llegar la fecha de las mismas, las listas opositoras a la intervención resolvieron retirarse del acto eleccionario denunciando un conjunto de irregularidades, como la reiterada postergación de los comicios hasta septiembre de 1960, la exclusión de las seccionales Mar del Plata y Bahía Blanca en la elección, la impugnación de la lista verde comunista en Tucumán, Santa Fe y a nivel nacional y, finalmente, la detención del apoderado de la verde en la madrugada del inicio de las elecciones. Aun así, el proceso continuó adelante y se convalidó al frente de la UOCRA a la lista Marrón presentada por el MUNOC, cuyos dirigentes principales eran los peronistas Carlos Alberto Pereyra y Rogelio Coria, siendo este último el interventor de la seccional Avellaneda durante la Revolución Libertadora. A partir de entonces, la UOCRA comenzó a formar parte de las 62 Organizaciones (el nucleamiento peronista del movimiento obrero) y el sector comunista desplazado de la dirección buscó desconocer a las nuevas autoridades organizándose bajo el nombre de Consejo Nacional de la UOCRA, aunque el futuro del sindicato se mantuvo en manos del peronismo y pasó a integrar el grupo de organizaciones que se hicieron cargo de la CGT desde fines de 1960.[37]
Conclusiones
En este trabajo hemos hecho un repaso del proceso que puso a los dirigentes comunistas de la construcción al frente de su sindicato entre 1955 y 1959. En la interpretación de los términos de esa conquista, hemos señalado diversos elementos de la historia del movimiento obrero y las izquierdas: en primer lugar, la larga trayectoria que ligaba al PC con el gremio de la construcción, en un vínculo que puede retrotraerse a la década del ’30, cuando el partido se convirtió en el principal sujeto de la organización de los obreros de la construcción. Eso explica en parte la presencia de militantes comunistas con arraigo en el gremio, lo cual es un punto de partida para evaluar las condiciones que hicieron posible el acceso de éstos a los puestos directivos de la UOCRA a partir de 1955. Sin embargo, un segundo aspecto clave para explicar esto se relaciona con la coyuntura particular de aquel tiempo, cuando el gobierno dictatorial impuso la desperonización e impulsó un proceso eleccionario que, contrariamente a sus intereses, abrió la puerta para que recuperaran posiciones los viejos dirigentes relegados durante la década peronista. En ese sentido, un tercer aspecto ponderado fue el carácter combativo que asumió el grupo comunista de la UOCRA, que a lo largo del período puso en juego su abnegación y tenacidad en la defensa de las condiciones de trabajo y en la lucha en contra de las detenciones, los despidos y suspensiones que fueron recurrentes durante esos años, logrando así representar los intereses de las bases que buscaban resistir al gobierno militar, la intervención y la proscripción del peronismo mayoritario.
Sin embargo, con la llegada de Frondizi al poder, la revitalización del sindicalismo peronista se convirtió en una política de disciplinamiento por parte del gobierno, que logró desactivar con éxito la Resistencia a través una política represiva con la que descabezó a los gremios conducidos por el comunismo y los núcleos del peronismo combativo, promoviendo así el surgimiento de una dirección sindical peronista que pudiera mantenerse en los márgenes de la integración. En ese sentido, la historia del declive de los comunistas de la UOCRA es consecuente con la tesis acerca de la derrota de la clase obrera en 1959-1960. El ascenso comunista experimentado desde 1955 de la mano de “viejos” y “nuevos” dirigentes encontró un límite en la nueva década cuando, entre represión estatal y acuerdos palaciegos, se impuso la dirección peronista en la conducción de la recuperada CGT. Es decir, aquella que poco tiempo después comenzó a ser nombrada como la “burocracia vandorista”.
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Recibido: 13 de agosto de 2024
Aceptado: 14 de noviembre de 2024
Versión Final: 13 de diciembre de 2024
Anuario Nº 42, Escuela de Historia
Facultad de Humanidades y Artes (Universidad Nacional de Rosario), 2025
ISSN 1853-8835
[1] Pedro Chiarante (1898-1973) fue secretario general del Sindicato de Obreros Albañiles, Cemento Armado y Anexos de la Capital Federal e integrante del Comité de Huelga de la FOSC durante la histórica huelga de 1935-1936. En la creación de la Federación Obrera Nacional de la Construcción (FONC) en 1936, fue electo prosecretario en el Sindicato Único de la Construcción de Capital (SUC), luego asumió como secretario y alcanzó, en 1937, la dirección del gremio a nivel nacional hasta 1943. En virtud de este ascenso, llegó a integrar el Comité Central ampliado de la CGT en 1937 y fue designado en 1942 como vicepresidente de la central, cuestión que le valió el encarcelamiento con la clausura de la CGT n°2 en 1943. Tras la disolución de la FONC en 1946, Chiarante no fue admitido como afiliado en la UOCRA hasta 1956, dedicando su participación sindical como titular del MPDIS (Camarero, 2012; Tarcus, 2021).
Rubens Iscaro (1913-1993) fue la otra figura destacada de la militancia comunista en la construcción, llegando incluso a convertirse más adelante en el principal dirigente sindical de la historia del PC. Siendo 15 años más joven, fue acompañando y siguiendo los pasos de Chiarante: participó del proceso de organización del sindicato en los ’30, fue también secretario general del Sindicato de Obreros Albañiles, Cemento Armado y Anexos de la Capital, integró Comité de Huelga de la FOSC, ocupó el cargo vacante de prosecretario del SUC con el ascenso de Chiarante y, posteriormente, fue su secretario general entre 1938 y 1943. A su vez, fue miembro del Comité Central de la CGT en el período 1939-1941 y, a mediados de la década del ’50, era el secretario general del MPDIS y miembro de la dirección de la FSM y de la CTAL (Camarero, 2012; Ceruso, 2014). Durante los años estudiados, Iscaro alcanzó el cargo de secretario general de la UOCRA, aunque la represión contra el comunismo en los distintos gobiernos lo llevó a la cárcel a fines de 1955 hasta junio de 1957; entre febrero y marzo de 1959 y, finalmente, entre septiembre de 1959 y los primeros meses de 1960, tras lo cual se exilió en Uruguay a partir de mayo de 1960.
[2] Este número se repite en diversas fuentes consultadas: en 1957 ese fue el número declarado de cara al Congreso Normalizador de 1957 (Senén González y Ferrari, 2010; 105); en 1959 esa fue la cifra presentada en el “Informe de la Unión Obrera de la Construcción” elaborado por el Interventor del gremio; finalmente, este número figura en publicaciones de los años siguientes, como El Popular, n° 1, 1960 y el Suplemento "Ayer, hoy y mañana" de La Razón, nº 23, 28/3/1961, p. 21.
[3] Consigna: cimentar la unidad y la organización obrera para vencer en los futuros combates”, Nuestra Palabra (en adelante NP) n° 388, 14/11/57, p.4
[4] “Rubens Iscaro confinado: ¿por qué?”, NP n° 296, 3/1/56, p.1. La Sección Especial de Represión al Comunismo fue creada en 1931 como un organismo dependiente de la Policía de la Capital Federal y luego de la Policía Federal Argentina (López Cantera, 2019).
[5] “Acrece la movilización popular por la libertad de Rubens Iscaro y de los demás presos obreros”, NP n° 301, 8/2/56, p. 3; “Gran jornada por Iscaro y demás obreros presos, se cumplió el 22”, NP n° 306, 28/3/56, p. 7.; “Por su convenio y la libertad de R. Iscaro para la construcción”, NP n° 331, 26/9/56, p. 6
[6] “Por buena, vetaron una reunión de la U. Obrera de la Construcción”, NP n° 308, 11/4/56, p.6
[7] “Noticias obreras”, NP n°312, 9/5/56, p.6
[8] “Sigue la lucha de la construcción en Córdoba”, NP n° 318, 27/6/56, p.7 Los ataques contra los miembros del Comité de Huelga se extendieron a otras empresas de la provincia como Ravazzola y Campisi, en las que también se despidió a algunos de sus integrantes. “Noticias obreras”, NP n° 321, 18/7/56, p. 7.
[9] Algunos de los detenidos fueron Amalio Arto, secretario de la Comisión de Organización, Cristiano Galván, Serrudo, Walter y Abraham Alí. “Unida gestiona el aumento la Construcción de Mar del Plata”, NP n°323, 1/8/56, p.7; “Grandes paros y asambleas cumple la construcción en Mar del Plata”, NP n° 326, 22/8/56, p. 7.
[10] “La construcción de M. del Plata paró 72hs”, NP n° 327, 29/8/56, p. 6; “El paro hizo posible la libertad de 4 dirigentes”, NP n° 328, 5/9/56, p. 6; “Paró la construcción en Mar del Plata”, NP n°331, 26/9/56, p. 6.
[11] Dos dirigentes de la UOCRA Mar del Plata detenidos durante el conflicto fueron los comunistas Miguel Chain y Alfredo Maldonado. “Libertad inmediata a los presos políticos y gremiales 6 meses confinados. ¡Amnistía!”, NP n° 322, 25/7/56, p.1 y 2.
[12] “La construcción del Gran Buenos Aires paró 24hs”, NP n° 328, 5/9/56, p. 6.
[13] “La construcción rechazó el plan de la patronal”, NP n° 329, 12/9/56, p. 6; “Por su convenio y la libertad de R. Iscaro para la construcción”, NP n° 331, 26/9/56, p. 6.
[14] Alejandro Romero era entonces dirigente del gremio de la Capital e integrante de la Comisión Paritaria Nacional y del Comité de Huelga. Siguió su trayectoria en el gremio, apareciendo en 1960 como apoderado de la lista verde unitaria en las elecciones de la UOCRA, participación que le valió el encarcelamiento en septiembre de aquel año. Por su parte, Espiridión González, integrante del Comité de Huelga en 1956, también figura en los años siguientes como miembro de la lista verde y en el conjunto de detenidos tras la intervención de la UOCRA a inicios de 1959, pasando un año preso hasta su liberación en noviembre de 1960, en la misma detención que llevó nuevamente presos a Iscaro y Chiarante, entre otros.
[15] “La gran huelga de la construcción conquistó un jornal mayor al que ofreció la patronal”, NP n° 334, 17/10/56, p.7.
[16] “El Comité de Huelga”, NP n° 334, 17/10/56, p.7.
[17] “Hacen fraude en el gremio de la construcción”, NP n° 345, 16/1/57, p.4; “Por la lista unitaria se moviliza la Construcción de la Capital”, NP n° 346, 23/1/57, p.3.
[18] “Fraude pre-electoral en la Construcción”, NP n° 349, 13/2/57, p.4; “Padrón de 2.500”, NP n° 353, 13/3/57, p.4; “Elecciones en la U. O. de la Construcción”, NP n° 354, 20/3/57, p.4.
[19] Por detrás de la verde se ubicó la azul de F. Alfonso, a la cual iban a corresponderle los cargos estipulados para la primera minoría. “Triunfó la lista unitaria en la construcción”, NP n° 357, 10/4/57, p.4.
[20] La Comisión Directiva quedó íntegramente a cargo de los miembros de la verde: Roque Alessi, José R. Golpe, Egidio Del Fratte, Tiburcio Ponce, Pedro Chaille, Espedito Acosta, Francisco Rivas, Gerardo Acuña, Esteban Díaz, Franco del Padrone, Juan Isidro Coronel, Manuel Héctor Reyes y Héctor Brenghi. Los electos al congreso nacional de la UOCRA fueron Luis Fiori, José Golpe, Oscar de Armas, Norberto C. Martínez y Enrique Soto. “La entrega del sindicato reclama el gremio de la construcción”, NP n° 366, 12/6/57, p.4.
[21] “Triunfa la lista unitaria en la UOC de Mar del Plata”, NP n° 384, 17/10/57, p.3. A estos casos debe sumarse el triunfo comunista en Rosario y en Reconquista, que no han sido reseñados aquí por falta de información acerca de sus procesos eleccionarios. “Elaboró vasto programa en Rosario la Lista Blanca de la construcción”, La Hora (en adelante LH) 29/11/58, p.6; “Reconquista: gremio de la construcción”, NP n° 344, 9/1/57, p.7.
[22] La nómina completa fue la siguiente: en la Comisión Directiva, detrás de Iscaro y Zárate asumió Florencio Morales como secretario administrativo; Bernardo Heredia, secretario de organización; José R. Golpe, tesorero; Albano García en prensa; Aurelio Villagra en asistencia social y, como vocales, Norberto Martínez, José Páez, Lidio Duarte, Cecilio López, Francisco Vía, Luis Fiori, Marcelino Martínez y Santiago Pal. “Consigna: cimentar la unidad y la organización obrera para vencer en los futuros combates”, NP n° 388, 14/11/57, p.4.
[23] Durante este conflicto, detuvieron a los dirigentes comunistas José Golpe, Norberto Martínez, Antonio Cabrera, Alejandro Romero, Ambrosio Villa, Egidio del Fratte y Luis Fiori. “Sostiene la clase obrera su lucha por aumentos de salarios y unidad”, NP n° 393, 19/12/57, p.4; “Venció la construcción: venció la clase obrera”, NP n° 404, 6/3/58, p.5
[24] “Elaboró un convenio la UOC que interpreta las necesidades obreras”, LH 17/9/58, p.6.
[25] Los mencionados tenían los cargos de Secretario General, Adjunto, Tesorero, Pro-Tesorero y Secretario de Organización respectivamente. “Informe de la Unión Obrera de la Construcción”, producido por el Interventor. Febrero 1959.; “La construcción de Capital refuta a los que hablan de «representatividad y pocos votos»”, LH 27/6/58, p.5.
[26] “El gremio de la construcción enfrenta un plan intervencionista antiobrero”, NP n° 422, 10/7/58, p.1.
[27] Ley 14455. Honorable Congreso de la Nación Argentina. 8 de agosto de 1958
[28] “La lucha de los comunistas por la unidad sindical del proletariado argentino”, Nueva Era, año X, n° 7, agosto 1958, pp. 21-36; “Interventor en la CGT sería el Sr. Insaurralde” LH, 15/5/58, p.1.
[29] “Repudian un atentado contra un trabajador”, LH 14/8/58, p.6; “Se repudia a la Ley de Asociaciones Profesionales en la UOC Mar del Plata”, LH 1/9/58, p.7; “Denuncian suspensión arbitraria de elecciones en la construcción”, LH 21/11/58, p.7; “Decretó ayer la construcción el estado de alerta en todo el país”, LH 26/11/58, p.6; “UOC de Lanús: MUNOC no pertenece al gremio”, LH 15/12/58, p.6; “Denuncia maniobras divisionistas la UOC de Resistencia (Chaco)”, LH 31/12/58, p.6.
[30] “Obreros de la Construcción de todo el país logran aumentos”, LH 10/1/59, p.7.
[31] “La detención de Iscaro y Moreira: una provocación divisionista que la acción obrera condena al fracaso”, NP n° 473, 21/7/59, p.4; “Exigencia popular unitaria: ¡libertad a todos los presos político-gremiales! ¡Basta de campos de concentración!”, NP n°484, 6/10/59, p.3.
[32] “Trossi en libertad”, NP n°525, 19/7/60, p.6; “MUNOC y partidarios al descubierto”, NP n°526, 26/7/60, p.6; “Triunfo obrero y popular”, NP n°536, 4/10/60, p.6; “Chiarante”, NP n°539, 23/10/60, p.5; “Libertades”, NP n°543, 22/11/60, p.6; “La clase obrera reclama la amnistía”, NP n°560, 21/3/61, p.3.
[33] “Paro de 72 horas del gremio de la construcción”, NP n°467, 9/6/59, p.4;
[34] “Trabajadores y pueblo unieron sus voces de repudio a la política de hambre y de entrega”, NP n° 458, 7/5/59, p. 1; “138 obreros y vecinos presos por ejercer el derecho de reunión”, NP n° 459, 14/5/59, p. 7.
[35] “Paro de 72 horas del gremio de la construcción”, NP n°467, 9/6/59, p.4; “La construcción parará el 13 de agosto contra la intervención y por el cumplimiento del laudo”, NP n°475, 4/8/59, p.4.
[36] La lista verde presentó como candidatos a la Comisión Directiva Nacional de la UOCRA a Rubens Íscaro, José Miguel Zárate, Norberto Martínez, Antonio Cabrera y José Roberto Golpe; como vocales, a Jorge Canelles Roque Alessi, Albano García, Pedro Chiarante, Alejandro Romero, Luis Trossi, Esperidión González, entre otros. “La lista verde en la U. O. de la Construcción”, NP n° 510, 5/4/60, p.6;
[37] “Operación copamiento: músicos, prensa, gastronómicos”, NP n° 530, 23/8/60, p.6 “Cara/Cruz” y “UOC: el gremio no avala el fraude”, NP n° 532, 6/9/60, p.1 y 6; “Escándalo en la UOC”; NP n° 534, 20/9/60, p. 6; “Los auténticos dirigentes de la UOC”, NP n° 550, 10/1/61, p. 6.