Las
certezas de Jano. Reflexiones sobre América Latina en el siglo XXI (antes y
después de la pandemia)
“Los
augurios suelen hallarse en los principios”
Ovidio,
Tratado sobre Fastos
Cuando
me propusieron coordinar este dossier estábamos expectantes de los procesos de
movilización en Chile y Ecuador, iniciábamos las denuncias contra el golpe en
Bolivia y hacía un año que convivíamos con el registro de la derecha bolsonarista en Brasil. Eran tiempos, como los actuales, en
que se profundizaban los debates sobre escenarios de producción extractivista,
modelo de maldesarrollo (Svampa
y Viale, 2014) y formas alternativas para una economía no ecocida que
reconociera a la naturaleza como portadora de derechos. Crecía la llamada
“marea verde” entre plazas y calles del mundo y al ritmo de “El violador eres
tú” desnudaba las lógicas patriarcales del estado y sus brazos materiales, las
fuerzas represivas y la justicia. En este contexto, la convocatoria no me tomó
desprevenida sino definiendo cómo pensar esta conflictividad múltiple de una
América Latina jalonada entre las derechas (nuevas) en acción y las intensas
movilizaciones, que desde diversas prácticas y discursos cuestionaban el modelo
económico y político vigente y avanzaban con dinámicas promisorias.
Una
y otra vez venía a mi mente la imagen de Jano, el dios romano que no tiene
parangón en el Olimpo. La recurrencia de esa figura para representar el
escenario del siglo XXI latinoamericano me provocaba desconcierto y, a la vez,
me estimulaba. ¿Acaso no es una osadía resucitar una deidad en el derrumbe (o,
siendo menos optimistas, entre las grietas) de los enunciados civilizatorios
occidentales? Me pregunto si no se comete el mayor de los perjurios al invocar
su silueta simétrica, blanca, masculina, de cuerpo perfecto para esta parte del
mundo. Jano es, además, el de rostro bifronte que mira en dos direcciones
siempre opuestas y esa no siempre es una metáfora legítima para reflexionar
sobre América Latina (o sobre cualquier espacio cultural, identitario, humano).
Su mito conjura construcciones binarias, un doble opuesto, la simetría del dos
que colma y calma. En una lectura simple y poco atenta, el Jano que emerge en
esa representación mira con rostros simétricos ascenso de derechas y
movimientos sociales del siglo XXI latinoamericano. Sin embargo, la metáfora
divina que me estimula reflexionar sobre América Latina se delinea en otras
tramas. Es el Jano de las multiplicidades, que no posee un único horizonte donde
mirar, imposibilitado de universalizar lo que observa. Que construye sobre lo
efímero del presente, tiempos que unen pasados y futuros, y despliega
posibilidades tras sus muchas puertas. Así, las certezas de enero de 2020, son
las de un dios veraniego que centrifuga y expulsa ciclos abiertos y en
movimiento. Sin saberlo entonces, son las certezas de Jano en un mundo sin
pandemias.
Para
reflexionar sobre las problemáticas sociales, políticas y económicas que se
despliegan en el siglo XXI en esta parte (geográfica, cultural, simbólica) del
mundo es necesario historizar en el mediano y corto
plazo. En el tiempo medio convergieron de forma articulada al menos tres
procesos. El primero, fue el desarrollo y consolidación de proyectos
neoliberales que modificaron las dinámicas de acumulación capitalistas y sin
ser un proceso unilineal ni progresivo se instalaron en la región con ritmos
desiguales en el último cuarto del siglo XX. En segundo lugar, y en paralelo al
proceso mencionado, se definieron nuevos escenarios gubernamentales entre
dictaduras cruentas y democracias que se establecieron con diversos grados de
estabilidad y sostén social que, finalizado el siglo XX, parecían asumir
condiciones de irreversibilidad. Por último, se produjeron ciclos de flujo y
reflujo en la emergencia de movimientos sociales, tramados en las condiciones
expuestas anteriormente, entre la decadencia de los sistemas tradicionales de
participación política y la crisis profunda de las izquierdas tras la caída del
socialismo real. Estos incorporaron nuevas modalidades de acción y definición,
sostenidas desde lo particular, y enlazadas por un discurso común contra el
neoliberalismo (Modonessi, 2019) y contra el
universalismo capitalista. Así, las formas organizativas y las movilizaciones
asentadas en nuevas identidades (que habían sido excluidas) políticas
emergieron como horizontes temporales que atravesaron los designios del fin de
la historia y recompusieron las tramas de las resistencias.
Las
primeras dos décadas del XXI, incorporaron una temporalidad de corto plazo que
se yuxtapone a la anterior. En estos años, se evidenció la profundidad de las
crisis económica, social y política, producto de la consolidación de políticas
neoliberales y de un régimen de acumulación que agudizó las desigualdades
sociales en Latinoamérica y las asimetrías relacionales con el resto del mundo.
Consecuencia de, o como resistencia a ese proceso, en el cruce de los dos
siglos se activó la intensa convulsión social que, con expresiones diversas,
cuestionó el sistema vigente. La instalación de experiencias políticas nuevas
en el segundo lustro de la década del 2000 prometía abrir un escenario decisivo
para el cambio de rumbo. Al calor de los acontecimientos, algunxs
autores caracterizaron a estos gobiernos como progresistas (Borón,
2012, García Linera, 2017) y los identificaron como potenciales salidas del modelo
neoliberal y rearticuladores de la conflictividad
emergente. Para otrxs, esos proyectos eran meras
vallas de contención o estabilizadores de los procesos sociales en marcha
(Machado y Zibecchi, 2016). Lo cierto es que, en
tanto apuesta a una alternativa política, las experiencias de inicios de siglo
fueron desplazadas con golpes o estrategias electorales que permitieron el
rápido avance de las nuevas derechas latinoamericanas. Cómo leer esas
experiencias y los contextos de reversión de los últimos años representa un
desafío que requiere una mirada múltiple, que no se detiene exclusivamente en
el cambio de signo político, sino que recupera y articula variables más
longevas de desarrollo y acumulación capitalista, de modificaciones en la
estructura del estado como así también de las modalidades que asumieron las
prácticas contestatarias, que se transformaron radicalmente en estas dos
décadas de vaivenes políticos.
A este escenario tan complejo, hoy se agrega
una condición que imponen los nuevos contextos generados por epidemias globales
—que en estos meses trajeron incertidumbres y diagnósticos sociales más
vulnerables a la equivocación—. La clara desigualdad de usos y desarrollo
tecnológico en los países latinoamericanos es una condición que avanza con una
aceleración nunca antes imaginada, ni siquiera en los años noventa cuando
emergieron las primeras lecturas sobre la revolución tecnológica. Este
escenario nos obliga a repensar cómo se reproducen y se cualifican las
diferencias regionales y las desigualdades sociales en los países
latinoamericanos.
En
esa línea, el dossier que presentamos asume una lectura que recupera el mediano
y corto plazo para pensar algunos procesos actuales gravitantes desde
perspectivas y estrategias teórico metodológicas diversas. Como Jano y su
rostro bifronte que mira hacia atrás desde un presente revitalizado y, al mismo
tiempo, asume la imposibilidad de lecturas unívocas, los trabajos que se
presentan a continuación reflexionan sobre los fenómenos sociales y políticos
que son parte de la agenda actual.
El artículo de Alejandro Schneider inaugura el
dossier y recupera algunos rasgos del gobierno de Evo Morales para complejizar
la explicación del golpe que lo derrocó en el año 2019. Su análisis se inscribe en una línea temporal
que parte de los profundos cambios que vivió Bolivia entre las décadas del 80 y
90 del siglo XX para comprender las diversas instancias organizativas y ciclos
de movilización, así como las alianzas múltiples que llevaron a Morales a la
presidencia y se modificaron en las sucesivas gestiones del MAS. El autor
destaca aspectos que considera centrales en la metamorfosis de esa relación. En
especial, la incapacidad para resolver las tensiones entre los proyectos de las
diversas fuerzas que acompañaron inicialmente a Morales. Además, sostiene que
fueron las políticas desplegadas entre mediados de la segunda presidencia y
2019 las que generaron diversos horizontes conflictivos entre el gobierno y
sectores de la Central Obrera Boliviana (COB), así como con diversas
organizaciones indígenas. Por eso,
cuando se produjo el derrocamiento de Evo Morales, su presidencia se encontraba
en un momento de fuerte debilidad y conflictividad interna. En esta línea, la
provocadora propuesta del autor abre una lectura más intensa que recuperamos:
no fue solo un golpe encabezado por las Fuerzas Armadas y acompañado por una
elite de derecha local con la venia del gobierno norteamericano, sino que se
produjo entre consensos activos, aunque efímeros. Así, la perspectiva histórica
que inaugura Schneider en este trabajo permite complejizar el análisis respecto
de los avances de la derecha en el siglo XXI, un desafío que además debe leerse
ahora a la luz de los nuevos acontecimientos, las elecciones de octubre de este
año.
En
el segundo artículo, Daniel Aarão Reis analiza la
extrema derecha en Brasil y su triunfo electoral. Propone reponer la densidad
política de ese proceso en clave histórica, tramado en un contexto
internacional de ascenso de las derechas en el que se inscribe la experiencia
singular del bolsonarismo en Brasil. En esta
dirección, caracteriza en términos económicos y políticos la coyuntura de
finales del siglo XX y principios del siglo actual, y plantea que fue un ámbito
favorable para el ascenso de las derechas, a través de la apropiación e
instrumentalización del sistema democrático El autor sostiene que las
condiciones que habilitaron la llegada de Bolsonaro
al gobierno devienen de un profundo desgaste del sistema político, producido
entre 1988 y 2018, que se articuló con
tradiciones autoritarias propias de la sociedad y la política brasilera.
Asimismo, repone una lectura de los últimos años del gobierno del PT y las
acciones de la derecha que permitieron el incremento de popularidad y
legitimidad del propio Bolsonaro. Para Aarão Reis, la victoria del presidente actual se equilibra
entre esas tres tendencias que manifiestan la continuidad del autoritarismo en
Brasil, aunque resignificado a través de estrategias novedosas que surgieron en
el siglo XXI. Por último, propone avanzar en una agenda común de partidos y
movimientos de izquerdas contra las derechas en su
país.
En
los dos artículos mencionados, el eje de análisis remite al marco de acción y
los escenarios que habilitan el camino a nuevas derechas. No obstante, los que
continúan dimensionan problemáticas asociadas a diversos colectivos sociales
contestatarios que en el siglo XXI adquirieron preponderancia en la región. En
particular, cada trabajo pone el foco en uno de los tantos movimientos sociales
que permean y trasvasan la capilaridad social actual. Luna Follegatti
y Pierina Ferreti recuperan el movimiento feminista
contemporáneo y lo inscriben en continuidad con las diversas oleadas de
feminismos en la región. En esta dirección, señalan que una de las características
centrales es la potencia de movilización y visibilidad trasnacional que se
define en torno a lemas e intervenciones culturales. Para las autoras, la
denuncia contra la violencia de hacia las mujeres y cuerpos feminizados es una
de las demandas que permite transversalizar el movimiento y asumir dinámicas
que las alejan de las tipologías clásicas de movimientos sociales. Otro aspecto
que cobra relevancia es el debate en torno a la reproducción social que,
retomando conceptualizaciones que tienen casi cincuenta años, actualiza la
discusión en las tramas de las sociedades neoliberales. Si bien este debate se
asume desde lo teórico, evidencia los modos en que el feminismo articula sus
reflexiones con otras dimensiones de la esfera social, económica y política
que, según las autoras se vislumbra como clave sustantiva de las proyecciones
venideras del movimiento feminista.
El
trabajo de Gisela Hadad aborda el desarrollo de la megaminería y sus
resistencias en Argentina. Analiza la
instalación de las grandes empresas mineras y sus proyectos en algunas regiones
y compara su impacto económico político y social en términos regionales y
nacionales. Centra su atención en la continuidad tanto de políticas nacionales
y provinciales como en el avance de las empresas megamineras
luego de las modificaciones en las leyes producidas hacia finales de los años
noventa. En este sentido, sostiene que el avance y consolidación del extractivismo no se vio modificado por los cambios de
gobierno. Además, la autora propone
incorporar a este análisis el incipiente desarrollo de la extracción de litio
que, si bien no utiliza los mismos métodos de explotación, comparte con las megamineras a cielo abierto las mismas dinámicas de
territorialización empresarial. Por último, reconstruye algunas experiencias de
resistencia a la implantación de los emprendimientos mineros en algunas
regiones y señala la incidencia de la acumulación de experiencias de luchas.
Para Hadad, la organización de espacios de resistencia fue fundamental para
limitar este tipo de explotaciones.
Cierra
el dossier, el artículo de Fernando Pairican y
Eduardo López Bravo que ofrece una lectura de las problemáticas de los
movimientos mapuche en Chile actual. Su
análisis pone énfasis en la larga duración y recupera la matriz constitutiva
del proceso de explotación de la llamada Araucanía y los pueblos
mapuche. En este sentido, los autores exponen los modos violentos en que
la región fue “integrada” así como los procesos económicos sociales que se
desplegaron en el siglo XX. No obstante, enfatizan en aspectos de mediano
plazo, fundamentalmente en el proyecto político y económico desplegado por la
dictadura pinochetista en la región, lo que aporta a la explicación de las
nuevas lógicas de despojo y exclusión a las comunidades mapuche. Pairican y López sostienen que esta es una variable clave
para explicar los procesos de levantamiento en las últimas décadas. Así, este
trabajo nos convoca a reflexionar sobre cuáles han sido los factores para
comprender la tensa relación entre estado nacional y movimientos mapuche, pero
también nos invita a insertar esta problemática en el nuevo contexto abierto en
2019, donde las demandas diversas de los mapuche
abrieron una arista en el debate en torno a la nueva constitución y su
participación en ese proceso.
Para
finalizar, destacamos que las temáticas abordadas dan cuenta del abanico de
problemas abiertos que amalgaman la realidad latinoamericana actual. Desde una
lectura pluridisicplinar, pero fundamentalmente
engarzada en la historicidad, se han reconstruido debates actuales que
involucran procesos sociales, políticos y económicos complejos. Todos los trabajos rearticulan la relación
entre los procesos de acumulación capitalista de las últimas décadas del siglo
XX, las posibilidades—limitadas o no— de resistencias al despojo y la
explotación de colectivos profundamente afectados por ese proceso como las
comunidades étnico-identitarias, lxs trabajadorxs, las mujeres y el feminismo, que a su vez se
imbrican en dinámicas regionales diferenciadas.
Como
reflexiones que se iniciaron en un tiempo pre pandemia, pero que fueron
profundamente permeadas por ella en el devenir de su escritura, los artículos
contenidos en este dossier renuevan el análisis sobre los problemas sociales
actuales y, al igual que las palabras del Jano de Ovidio, nos congregan en los
principios de este nuevo tiempo.
Laura
Luciani
Centro Latinoamericano de
Investigaciones en Historia Oral,
Universidad Nacional de
Rosario/Investigaciones Socio-históricas Regionales, Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina)
Bibliografía
Borón, A. (2012). América Latina en la
geopolítica del imperialismo. Buenos Aires: Ediciones Luxemburg.
García
Linera, A. (2017) ¿Fin de ciclo progresista o proceso por oleadas revolucionarias?. En Rebelión. Disponible online en:
https://rebelion.org/fin-de-ciclo-progresista-o-proceso-por-oleadas-revolucionarias/
Modonessi, M. (2019). El progresismo
latinoamericano: un debate de época. En Gaudichaud,
F., J. Webber, M. Modonesi. Los gobiernos progresistas
latinoamericanos del siglo XXI. Ensayos de interpretación histórica. México:
UNAM Ediciones.
Machado,
D. y Zibecchi, R. (2016) Cambiar el mundo desde
arriba. Los límites del progresismo. México: Bajo Tierra A.C., Comunidad
Autonomía y Libertad (Comunal).
Svampa, M. y E. Viale (2014). Maldesarrollo. La Argentina del extractivismo
y el despojo. Buenos Aires: Katz
Editores.